Descubrieron restos humanos de 4.400 años en Córdoba

Sociedad 16 de septiembre de 2022
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Investigadores del Conicet descubrieron restos humanos de 4.400 años en Córdoba. El hallazgo se produjo en la localidad de Amboy por vecinos de la zona que encontraron restos de una persona con un ajuar funerario. El equipo multidisciplinario determinó que se trata de un individuo que murió hace 4.400 años junto a un ajuar compuesto por un hacha de piedra, un collar de caracoles alrededor del cuello, un colgante lítico y una mano de moler. El descubrimiento fue publicado en la revista internacional especializada en arqueología, Latin American Antiquity.

A partir del análisis de ADN mitocondrial de una pieza dentaria del individuo se pudo conocer cuál era su linaje materno. De acuerdo con el estudio, esta persona presenta variantes genéticas exclusivas, lo que se traduce en la posibilidad de un linaje originado localmente en el centro de Argentina, correspondiente a cazadores-recolectores, extinto posteriormente.

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Los investigadores determinaron que se trata de la evidencia más antigua de un ajuar funerario. “El collar estaba conformado por más de veinte cuentas grandes hechas a partir del caracol gigante terrestre Megalobulimus lorentzianus. Esas cuentas, además de su gran tamaño, tienen algunas particularidades que probablemente hayan sido los atributos de interés”, señaló Sandra Gordillo, investigadora del CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR, CONICET-UNC) y coautora del trabajo.

A pesar de todas las evidencias encontradas en este hallazgo, persisten muchas preguntas. Al respecto, Mariana Fabra, investigadora del CONICET en el IDACOR y primera autora del trabajo señala: “La bioarqueologia social es de reciente aplicación en Argentina. Particularmente, permite encarar el estudio de la vida de una persona en perspectiva osteobiográfica, recuperando la singularidad humana, histórica y contextualmente situada. También posibilita reinterpretar la información que usualmente aporta la bioantropologia y la arqueología considerando cómo los aspectos biológicos, sociales y políticos moldean los cuerpos de las personas”.

Respecto a la identidad social, Fabra sostiene que quedan varias preguntas abiertas al intentar reconstruir la identidad social en este tipo de hallazgos, como, por ejemplo: ¿Cómo era la identidad de este hombre, en vida y en su muerte, en relación con estos materiales? ¿Qué ocurre tras la muerte de una persona, una situación que implica un cambio físico y esencial de la identidad individual y colectiva? ¿Cómo contribuyen los bienes funerarios a la construcción de la identidad de la persona en diferentes dimensiones? ¿Cómo se puede pensar en estos objetos cuando la persona que los ha fabricado, llevado o utilizado muere? ¿O estos objetos se hicieron para acompañar a este hombre en su ritual mortuorio?

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