Francia Márquez, activista contra las mineras y favorita para la vicepresidencia de Colombia

El mundo 27 de mayo de 2022
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Aprendió de sus padres y sus abuelos el oficio de la “minería ancestral”, y desde los 16 años forma parte de toda actividad para denunciar la destrucción ambiental, la contaminación con mercurio y cianuro del río y la violación de los derechos humanos a los que se han visto sometidos sus vecinos.

A los 16 años, sola y con dos hijos, tuvo que abandonar su lugar de origen. Estudió Derecho en la Universidad Santiago de Cali y en 2015 recibió el premio nacional como defensora del año de los Derechos Humanos. También siguió oponiéndose a gigantes energéticas como la canadiense AngloGold Ashanti o a la española Unión Fenosa, dos multinacionales interesadas en explotar los recursos hídricos de una región colonizada por poblaciones negras e indígenas desde 1636.

Para los que han seguido su carrera de cerca no resultó sorprendente que se alzara con el Premio Goldman 2018, quizás el reconocimiento más prestigioso del mundo para activistas que se dedican a dar la batalla por el medio ambiente.

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También sorprendieron los 800.000 votos que obtuvo en las primarias de la coalición progresista Pacto Histórico. Una votación que la ha proyectado como la gran sorpresa de las elecciones de marzo y que llevó al ganador de aquella consulta, Gustavo Petro, a respetar el acuerdo según el cual el segundo en la contienda debía acompañar al ganador como candidato a la vicepresidencia. 

El entusiasmo atrajo a colectivos étnicos y feministas que tenían diferencias con Petro. Puntos a favor para la primera candidatura de izquierda con opciones de llegar al poder en la historia.

Sus críticos apuntan contra su falta de experiencia en el terreno político o su poco conocimiento de temas económicos.

Hija de una partera y de un padre ausente, la irrupción de Márquez representa la visibilización de sectores de la sociedad colombiana tradicionalmente silenciados. Por eso ha repetido en tono reivindicativo que lo que a las élites colombianas les incomoda “es que una mujer que estuvo trabajando en una casa de familia hoy los vaya a gobernar”.

Una de las fotos más icónicas del cierre de campaña del pasado domingo, cuando por ley los candidatos tienen que detener sus giras, es la de Francia Márquez atrincherada detrás de unos escudos antibala que la protegían ante la amenaza silenciosa de un rayo láser verde, típico de los estadios de fútbol, que la perseguía desde un edificio en el centro de Bogotá.
Ya casi sin voz, lo único que se escuchaba tras la formación de escudos al estilo de la legión romana era: “Ocho días para un Gobierno que se construye desde la periferia”. Y remató: “¡No pasarán!”

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