El mundo 30 de abril de 2024

Marruecos se enfrenta a la mayor sequía de su historia

En los últimos 43 años, ha experimentado siete periodos graves de sequía pero la actual se destaca por ser la más prolongada.

La represa de Al Massira, que abastece a algunas de las principales ciudades del país y es fundamental para el riego agrícola, solo tiene el 3% de la cantidad media de agua que tenía hace nueve años.

La ausencia de agua es la consecuencia de seis años consecutivos de sequía, agravada por el cambio climático, temperaturas récord y el aumento de la evaporación del agua del embalse.

El río Oum Er-Rbia, el segundo más largo del país  ha experimentado una importante reducción de su caudal, que nace en las montañas del Atlas Medio. En las zonas altas de la cordillera tampoco se han producido este año las nevadas habituales. 

En Marruecos, la agricultura aporta casi el 15% del PBI y, junto a la pesca y el sector forestal, emplea a alrededor del 45% de la mano de obra. Es también el sector que, según datos del Banco Mundial de 2020, consume más recursos hídricos, casi el 90% del total, y es ahora el más damnificado por la sequía. La falta de agua también ha afectado a los hamames o baños árabes, que han recibido la orden de cerrar tres días a la semana en las principales ciudades, y a los lavaderos de autos.

En 2017, el rey de Marruecos Mohamed VI pidió a todas las mezquitas del país que rezaran para que lloviera. “Imploren al Todopoderoso que derrame sus benévolas lluvias sobre la tierra”, comunicó a través de un decreto real. Entonces, la falta de precipitaciones estaba dificultando la producción estacional de cereales del país, incrementando los costos de los alimentos

Antes de entrar en 2024, las precipitaciones habían descendido un 67% en los meses anteriores, en comparación con el año previo a esta temporada de sequía.Las esperanzas estaban puestas en los primeros meses de 2024, que, a pesar de haber traído algo de lluvias, no han sido suficientes para contrarrestar los años consecutivos de aridez.

En los últimos 43 años, el reino alauí ha experimentado siete períodos de sequía, con distintos grados de gravedad. El nivel más bajo de precipitaciones se registró en 2017, con solo 103 mm de precipitaciones anuales. Aun así, la sequía actual es la más prolongada de la historia.

A pesar de la ausencia prolongada de lluvias, Marruecos cuenta con un importante patrimonio hídrico y un marco legislativo en la gestión del agua. Con 152 grandes presas con una capacidad de almacenamiento de 19.900 millones de metros cúbicos, el país pretende construir 20 nuevas, hasta alcanzar casi los 28 millones de metros cúbicos de almacenamiento en 2027.

Además ha decidido recurrir a la utilización de aguas no convencionales, en concreto el agua de mar y las aguas residuales. El reino alauí se sitúa a la cabeza de la región norteafricana y el sexto de la región Oriente Medio y Norte de África tras invertir 2.370 millones de dólares en proyectos de desalinización del agua de mar. Las principales estaciones están en Casablanca y Agadir. Son instalaciones que requieren de una gran cantidad de energía y pueden expulsar al mar agua salada concentrada y sustancias químicas tóxicas. 

Es una infraestructura que, sin embargo, no sirve para paliar los efectos de la sequía en el sector agrícola. Según la legislación marroquí de preservación del medio ambiente, el agua desalinizada no puede utilizarse para proyectos industriales o agrícolas, sino que está reservada exclusivamente al uso doméstico.