El mundo 28 de diciembre de 2022

Los “campamentos patrióticos”, acusados de planear atentados ante la toma de posesión de Lula en Brasil


“Los graves hechos ocurridos en Brasilia prueban que los llamados campamentos 'patriotas' se han convertido en incubadoras de terroristas”, denunció Flávio Dino, el nuevo ministro de Justicia de Brasil a partir del próximo domingo. La declaración llega después de que George Washington de Oliveira Sousa, un empresario, fuera detenido el pasado sábado por la noche después de intentar explosionar un camión cargado de combustible en una zona cercana al aeropuerto internacional de Brasilia.

La intención del atacante era clara: generar caos. De esa manera, para el detenido, el atentado podría generar la necesidad de una intervención militar, que evitaría así la llegada de Lula al palacio de Planalto, según declaraciones De Oliveira Sousa difundidas este domingo. El ataque logró ser evitado por el escuadrón de explosivos del Batallón de Operaciones Especiales que desactivó los artefactos con una detonación controlada.

El arrestado está siendo investigado por terrorismo. Pero su caso no es aislado, ni opera en soledad. El acusado admitió que el atentado fue planeado por un grupo de seguidores de Jair Bolsonaro que están acampados frente al cuartel general del Ejército en Brasilia. “No permitiremos en Brasilia este tipo de manifestaciones que amenazan vidas, el derecho de las personas a ir y venir o incluso la propiedad”, declaró ante la prensa el jefe de la Policía Civil del Distrito Federal, Robson Cândido.

Qué son los campamentos “patriotas”
Las acampadas empezaron después de que Bolsonaro decidiese no reconocer públicamente la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva. Los campamentos son conocidos como “patriotas” por el uso de la bandera brasileña como símbolo de identificación y la apropiación de los símbolos nacionales para representar intereses partidarios. Los manifestantes cuestionan la derrota electoral de Jair Bolsonaro del 30 de octubre, por lo que piden una “intervención federal”, es decir, que los militares impidan el paso de mando y la toma de posesión del nuevo Gobierno.

Estos grupos se concentran en las puertas de los cuarteles del Ejército de las distintas ciudades del país. Pero en Brasilia, los campamentos pacíficos pasaron a ser violentos. El 12 de diciembre, el día que el Tribunal Superior Electoral reconoció en Brasilia a Lula da Silva como el presidente electo de Brasil, los partidarios de Bolsonaro que se ubican frene al Cuartel General del Ejército en Brasilia, optaron por prender fuego a ómnibus, coches y atacar a la policía.