La protesta social en Ecuador cumplió ayer su décima jornada consecutiva con masivas movilizaciones en Quito, algunas pacíficas y otras fuertemente reprimidas por la Policía, mientras parece postergarse la posibilidad de diálogo entre el presidente Guillermo Lasso y el líder indígena Leonidas Iza.

Aunque se tenía prevista la irrupción en escena de los sindicatos, han sido las organizaciones campesinas y estudiantiles las que han figurado, así como la Policía y los soldados que mantienen el control en algunas zonas del centro de Quito.

La Policía Nacional de Ecuador informó una nueva muerte en el contexto de las protestas en contra del gobierno del presidente Guillermo Lasso, lo que eleva el número de fallecidos a cuatro desde el inicio de las manifestaciones.

En un comunicado, señaló que el fallecimiento ocurrió este martes en la provincia de Pastaza, en la región amazónica, “a consecuencia de la manipulación de un artefacto explosivo”. La Policía aclaró que no usa ese tipo de material para el control del orden público y “menos aún en las marchas y manifestaciones pacíficas ciudadanas”.

La institución dijo que el caso será investigado por autoridades judiciales y que prestará apoyo para esclarecer todos los incidentes violentos, además de señalar que actúa “en el irrestricto respeto a los derechos humanos”.

 La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que lidera la movilización nacional desde el 13 de junio en algunas provincias, exige al gobierno reducir los precios de los combustibles, atender el problema del desempleo, regular los precios de los productos del campo y combatir el crimen, entre otras cosas.

El gobierno de Lasso hizo varios llamados al diálogo, pero el movimiento indígena puso una serie de condiciones, entre ellas la desmilitarización de ciertos sectores de Quito.