En el mundo de las criptomonedas se da mucha importancia a las cifras simbólicas. Por eso, que el Bitcoin haya caído este fin de semana por debajo de los 20.000 dólares es nafta para el pánico. Significa que perdió todo el valor conseguido durante el 2021, cuando explotó en popularidad y precio.

El Bitcoin llegó a 17.592 dólares durante la madrugada del sábado, recuperando los 20.000 dólares el domingo y volviendo a caer en la madrugada del lunes. Ha perdido el 70% de su valor máximo, el 55% desde que empezó 2022. En junio se ha dejado ya más de un tercio de su precio, en medio de un “criptoinvierno” que está dejando corralitos, suspensiones de pagos y despidos.

La plataforma de compraventa Celsius anunció que el bloqueo para retirar fondos no se va a levantar en el corto plazo. Sus usuarios llevan una semana con el dinero congelado.

El corralito en Celsius se suma a los despidos en las principales plataformas de compraventa de criptomonedas. Una de las más conocidas, Coinbase, echó al 18% de su personal, tras anunciar a principios de año que contrataría a 2.000 personas. El terremoto se extiende por toda la red cripto.

El sector define su actual crisis como un “criptoinvierno”. Una caída dura pero temporal: tras meses de números rojos llega la primavera y los activos vuelven a subir. Así pasó en 2018 y la esperanza es que en 2022 esté ocurriendo lo mismo, y no un cambio estructural. La duda es cómo de duro será este nuevo invierno, cuántas empresas se quedarán por el camino y cuántos inversores perderán todo, en un contexto general de descapitalización de la economía, bajas bursátiles e inflación.

La fuga de capitales del mercado cripto es notable. La capitalización total de los criptoactivos se sitúa este lunes a punto de bajar de los 900.000 millones de dólares, según Coinmarketcap. En diciembre de 2021 rozaba los tres billones.

Como siempre, el Bitcoin marcará la tendencia general.